Va a hacer ya casi un año de la implantación del Certificado Energético para viviendas en venta o alquiler anteriores a 2007, con esta entrada voy a explicaros en qué consiste, el porqué de su obligatoriedad y lo más importante en mi opinión, ayudar a comprender los beneficios que este certificado conlleva.
Antecedentes
Allá por el año 2002, la UE promulgó una directiva encaminada a que los posibles compradores o arrendatarios conociesen las necesidades energéticas de sus viviendas. Para ello se planteó la creación de un certificado energético. Este certificado no es otra cosa que un informe en el que tras estudiar los materiales y la forma en que se ha construido el edificio, presenta una calificación mediante un código de letras, que en el caso de España va desde la A (más eficiente) a la G (menos eficiente).
Pues bien, todos los países de la UE debían ponerse manos a la obra para implantar este certificado lo antes posible. Así ha sido el caso de Alemania que implantó el certificado en 2002, Bulgaria en 2005, Francia en 2006, Inglaterra 2007 o Rumanía en 2011.
En el caso de España, se realizó una primera implantación en 2007 junto con la aparición del Código Técnico de la Edificación, en la que sólo se aplicaba a edificios de nueva construcción o reformas en edificios de más de 100 m2
Finalmente en junio de 2013 el certificado comenzó a ser obligatorio para viviendas y locales construidos antes de 2007.
El certificado
En caso de que vayamos a vender o alquilar una vivienda o local posterior a 2007, si todo está en regla, no hemos realizado reformas importantes y no han pasado más de 10 años del último certificado, no tendremos que obtener de nuevo este certificado.
Si bien, en el caso de que la propiedad sea anterior a 2007, estamos obligados a realizar este certificado y algo muy importante, y que sino se hace hará que el certificado carezca de validez, tendremos que registrarlo en el organismo competente de la Comunidad Autónoma.
Existen una serie de excepciones, que eximen de la obligatoriedad del certificado, las podéis revisar en el apartado 2.2 del RD de Certificación de edificios existentes que os dejo al final.
Pues bien una vez tengamos claro si tenemos que realizar por primera vez el certificado o renovarlo, tendremos que buscar lo que el RD llama Técnico Competente, que será un Arquitecto, un Arquitecto Técnico, un Ingeniero o un Ingeniero Técnico.
Un Certificado Energético debe incluir un informe técnico en el que se recogen los datos del inmueble así como una serie de datos técnicos acerca de la composición de los cerramientos. La conclusión de todos estos datos será una letra (de la A a la G) acompañada del valor de emisión de CO2. Además, el certificado debe incluir una serie de recomendaciones para mejorar la eficiencia del inmueble.
El Certificado Energético, algo más que un documento
La aparición del Certificado Energético para edificios existentes creó una gran polémica desde el primer momento. En una época de recesión y falta de empleo como la que vivimos, la mayor parte de la población ve este certificado como un nuevo impuesto, y en cierta manera es lógico que se vea así, ya que ni la Administración ni los medios de comunicación han sabido enseñar las ventajas que un buen comportamiento energético tiene en nuestro día a día.
Como hablé en la entrada anterior, el ser humano siempre hemos buscado cómo hacer de nuestra casa un lugar confortable donde vivir, para ello sin darnos cuenta, hemos aprovechado las posibilidades que nos da el medio en el que vivimos para conseguir este propósito. En los últimos tiempos y con la aparición continua de nuevos equipos para climatizar e iluminar nuestras viviendas hemos dejado de lado estos aspectos medioambientales para dejarnos llevar por los productos más novedosos que en muchos casos no tienen porqué ser los más eficientes.
El certificado va más allá de ser un documento donde únicamente se dice lo que gasta nuestra casa o la cantidad de CO2 que emite, el certificado debemos tomarlo como un elemento más de ahorro. A la hora de buscar un nuevo piso o un nuevo local normalmente nos dejamos llevar por los metros cuadrados, los servicios de la comunidad, el emplazamiento, etc; sin embargo rara vez nos ponemos a pensar si la orientación de la vivienda nos achicharrará en verano (orientación sur-oeste) o nos hará usar la calefacción constantemente en invierno (orientación norte), si el tamaño de la ventana del salón nos va a a obligar a tener encendida la luz casi toda la tarde, si ese aire acondicionado que parece tan viejo no consumirá demasiado o si eso de sólo tener calefacción en las habitaciones y el salón no hará funcionar demasiado la caldera para compensar el calor que se va al pasillo.... Pues bien, todos estos ejemplos que he puesto están contemplados en los cálculos que se hacen a la hora de elaborar el Certificado Energético, por tanto, parece que el certificado sí que nos puede ayudar a ahorrar en la factura energética.
Buscando precios para el Certificado
Bien, no me gustaría terminar esta entrada sin hablar de algunas "sorpresas" que os podéis encontrar a la hora de pedir precios a distintos técnicos.
Como dato de partida, podemos hablar de los precios que se aplican en países europeos; por ejemplo en Italia, se pide en torno a 250 € por un piso de 100 m2. En el caso de España, en un primer momento se empezaron a barajar precios similares, quizás algo inferiores, en torno a 200 € por un piso de 100 m2, sin embargo rápido empezó la guerra de precios y con ello la profesionalidad de algunos también bajó bastante.
Desde el primer momento surgieron empresas de certificación ofreciendo precios muy bajos e incluso regalando el certificado si encargabas a su empresa la venta de tu casa o local. Estas empresas llegan a ofrecer precios de 50-80 € por pisos pequeños, para ello cuentan con numerosos técnicos autónomos que trabajan el día completo para poder sacarse un sueldo digno, cobrando entre 20 y 30 € por certificado, de donde pagan autónomos, desplazamientos, dietas, etc. Quizás esta empresas puedan ofrecer esos precios dando un servicio correcto a sus clientes; sin embargo, debido a esta guerra de precios algunos técnicos que trabajan por su cuenta han tenido que bajar sus precios de forma drástica para poder competir y finalmente muchos de ellos han tenido que abandonar el negocio por no ser viable económicamente.
Esta guerra de precios hace que algunos técnicos hayan bajado por igual la calidad de sus trabajos, de esta forma, no resulta raro encontrar ofertas en las que se ofrecen a realizar el certificado sin ni si quiera visitar el inmueble o no registrando los certificados en el órgano competente lo que provoca que el certificado, sin saberlo el cliente, carezca de validez alguna.
RD Certificación edificios existentes
http://www.boe.es/boe/dias/2013/04/13/pdfs/BOE-A-2013-3904.pdf
RD Certificación edificios nuevos
http://www.boe.es/boe/dias/2007/01/31/pdfs/A04499-04507.pdf